
Para quienes creen que cocinar es abrir armarios y hacer ruido con utensilios.
Aquí ya hay movimiento. No mucho, pero lo justo para que parezca que hiciste algo. Se requiere levantarse del sofá, abrir al menos un armario, y usar un utensilio que no sea la cuchara del yogur. Si hay sartén involucrada, ya estás en territorio serio.
Ejemplos de hazañas nivel cocina:
Pasta con tomate (de bote, obvio)
Tortilla francesa sin aspiraciones
Arroz con algo encima (lo que sea, mientras tape el arroz)
Salteado de verduras que no se saltean solas
Recomendación del chef: Finge que estás improvisando. Di cosas como “esto lo aprendí en un viaje” o “es una receta de mi abuela” aunque tu abuela solo cocinaba café.
Albóndigas doradas, salsa con actitud y cero ganas involucradas. El perejil es opcional, el pego es obligatorio.
